Las mini quiches de espinaca y queso son un aperitivo versátil, elegante y delicioso que encanta tanto a adultos como a niños. Su sabor suave y cremoso, combinado con la textura crujiente de la masa, las convierte en una opción ideal para reuniones familiares, brunchs o celebraciones especiales. La preparación es sencilla, y lo mejor es que puedes personalizar el relleno según tus preferencias, incorporando ingredientes como champiñones, jamón o tomates cherry para un extra de sabor.
Ingredientes (6 mini quiches)
- 1 lámina de masa quebrada
- 3 huevos
- ½ taza de leche
- ½ taza de espinaca fresca picada
- ½ taza de queso rallado (cheddar, gouda o mezcla)
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
Preparación
- Precalienta el horno a 180 °C. Engrasa ligeramente un molde para muffins o mini tartaletas.
- Extiende la masa y corta círculos ligeramente más grandes que los moldes. Colócalos dentro del molde y recorta el exceso.
- En un bol, bate los huevos junto con la leche, sal, pimienta y nuez moscada.
- Añade la espinaca picada y el queso rallado, mezclando suavemente hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados.
- Vierte la mezcla en los moldes con la masa, llenando aproximadamente ¾ de cada molde.
- Hornea durante 20–25 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y la mezcla cuajada. Retira del horno y deja enfriar unos minutos antes de desmoldar.
Las mini quiches de espinaca y queso se pueden servir tanto calientes como a temperatura ambiente. Su tamaño pequeño las hace perfectas para tomar con la mano, y su presentación atractiva permite que luzcan igual de bien en la mesa que en la receta. Además, son nutritivas: los huevos aportan proteínas de alta calidad, la espinaca ofrece vitaminas y minerales esenciales, y el queso añade calcio y sabor.
Este plato no solo es delicioso sino también versátil; puedes crear variaciones según la temporada o los ingredientes que tengas a mano. Agregar champiñones salteados o pimientos asados les dará un toque diferente, mientras que un poco de jamón o bacon aporta un sabor más intenso. Son una excelente opción para planificar comidas anticipadas, ya que se pueden preparar con antelación y conservar en la nevera durante uno o dos días.