La crema de calabacín con almendras es un plato ligero, reconfortante y lleno de sabor. Perfecta para una cena rápida o un primer plato, combina la suavidad del calabacín con el toque tostado de las almendras, creando una textura cremosa y agradable al paladar. Además, es muy versátil: se puede servir caliente en invierno o templada en verano, y se puede enriquecer con hierbas aromáticas como tomillo, perejil o albahaca.
Ingredientes (2–3 porciones)
- 2 calabacines medianos
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 3 cdas de aceite de oliva
- ½ taza de almendras tostadas
- 2 tazas de caldo de verduras
- Sal y pimienta al gusto
- Opcional: un chorrito de nata o leche vegetal para cremosidad
Preparación
- Lava y corta los calabacines en cubos. Pica la cebolla y el ajo finamente.
- En una cacerola, calienta el aceite de oliva y sofríe la cebolla y el ajo hasta que estén dorados y fragantes.
- Añade los calabacines y cocina a fuego medio unos minutos.
- Vierte el caldo de verduras y cocina hasta que los calabacines estén tiernos (aproximadamente 15 minutos).
- Tritura todo con una batidora hasta obtener una crema suave y homogénea.
- Agrega las almendras tostadas y mezcla bien. Puedes añadir un poco de nata o leche vegetal para una textura más cremosa. Ajusta sal y pimienta al gusto.
Esta crema es nutritiva y ligera, ideal para quienes buscan un plato bajo en calorías pero lleno de sabor. Las almendras aportan un toque crujiente y un sabor único, mientras que el calabacín proporciona vitaminas, minerales y fibra. Se puede acompañar con pan integral tostado, picatostes o semillas al gusto para añadir textura y color al plato.